Los fabricantes de whisky son expertos que producen whisky en destilerías o fábricas. Gestionan cada etapa del proceso, desde la selección de materias primas, la fermentación, la destilación y la maduración, esforzándose por resaltar las características de sabor y aroma. Mientras preservan los métodos tradicionales, también introducen nuevas tecnologías y técnicas para mejorar la calidad. La técnica y la pasión dan lugar a la personalidad y el sabor profundo del whisky.

Los intermediarios del whisky son personas como distribuidores, propietarios de bares y sommeliers que desempeñan el papel de llevar el whisky a los consumidores. Comprenden detalladamente las características, la historia y el contexto de fabricación del whisky, y ofrecen productos adecuados a los clientes. También se encargan de estrategias de venta y marketing, organizando eventos y catas para difundir el atractivo del whisky. Son un puente esencial entre los consumidores y los fabricantes.

Los consumidores de whisky son aquellos que disfrutan del producto. Eligen whiskies que se ajusten a sus preferencias y disfrutan de los aromas y sabores individuales. Mientras enriquecen momentos relajados en bares o en casa, también profundizan en su conocimiento sobre el whisky y disfrutan de la interacción social. Las preferencias y comentarios de los consumidores influyen en la mejora de los productos y el desarrollo de nuevos, enriqueciendo aún más la cultura del whisky.